EL TÉCNICO DEL CD LONGUERAS DECLARABA AL FINAL DEL CHOQUE QUE YA HABÍA GANAS DE QUE REGRESARA LA COMPETICIÓN DESPUÉS DE TANTOS MESES.
FERNÁNDEZ ALABÓ LA ACTITUD DEL PÚBLICO Y CÓMO CUMPLIÓ EN TODO MOMENTO CON LAS NUEVAS NORMAS Y PROTOCOLOS CONTRA EL COVID.
El entrenador del CD Longueras, Samuel Fernández, mostró el viernes tras el partido ante el Unión Carrizal su satisfacción por el debut triunfador en Preferente que se construyó gracias a los goles de Sullivan Rodríguez y Aimar Rodríguez antes de la media hora de encuentro.
«Se sufrió, pero afortunadamente nos llevamos los tres puntos», declaraba el técnico a este periódico a ras de césped. «Estrenamos la categoría por primera vez, en nuestro, con nuestra gente, después de muchos meses sin fútbol. Es una alegría ganar el partido», manifestaba con cara de felicidad Fernández.
El preparador indicaba que «ya había ganas de fútbol» entre los jugadores, cuerpo técnico y aficionados. En este sentido, mostró su anhelo de que la situación siga estabilizada para que siga habiendo fútbol: «Se echaba de menos la competición. Espero que ya se quede y vaya para largo. La gente tenía ganas de celebrar goles del equipo», subrayaba.
Con respecto al partido, el técnico lo analizó de la siguiente manera: «En la primera parte tienes más pelota, eres superior, te vas con un 2-1 por un gol de un rechace en el último minuto. Podrías irte tranquilo con un 2-0, pero al final esto es así. La pretemporada para unos y para otros ha sido rarísima», afirmaba el entrenador del Longueras.
«A base de balones largos sufres y van fallando las fuerzas», dijo Fernández, que aseguró que «hay que saber sufrir así y corregir las pequeñas cositas que no se hicieron tan bien. En Preferente no se pueden fallar los manos a manos que hemos tenido», comentaba Fernández,
«Evidentemente, en esta categoría el nivel de exigencia es mucho mayor. Hoy nos llevamos los tres puntos, pero en otros partidos nos podrá costar caro. Son tres manos a manos que en condiciones normales es gol. Las fallamos y eso le da vida al otro equipo», admitía el director técnico del cuadro bermellón.
El entrenador aseguró, además, expresó que se encontró con el Unión Carrizal que se esperaba. «Presuponíamos que iba a jugar de esa forma, con juego directo, y que nosotros, con más pelota, las íbamos a tener», sostuvo, a la vez que declaró que tenían la ventaja de haberse enfrentado con los ingenienses la temporada pasada, que casualmente fue el último equipo que derrotó al Longueras. «Todo se juntó para que ganáramos».
Sobre una de las posibles manos que protestaba desde el banquillo, Samuel aseguró que desde su posición le dio la sensación de que le dio en la mano. «Esto de las manos cambia sea en ataque o sea en defensa. El juez de línea dice que al ser involuntaria y tener la mano pegada al cuerpo no es penalti. Al final es una anécdota más que ahora podemos contar con alegría», zanjó el asunto.
Cuestionado sobre la arbitrariedad de la norma dependiendo del infractor, indicó que lo de las manos «es el gran dilema, de si es voluntaria, si está pegada al cuerpo, si es un centro o si va a gol. Eso siempre cambia, está en continuo cambio. A nadie le queda claro si es o no voluntaria y si se tiene que pitar o no».
«HAY QUE DARLE UN 10 A LA AFICIÓN»
Este partido era muy especial. Además del debut en la Preferente y del regreso de la competición después de siete meses, se trataba de la vuelta del público a los campos de fútbol, debate que se mantiene en otros puntos de la geografía española para evitar contagios masivos.
En este sentido, Samuel Fernández se mostró muy contento: «Hay que darle un 10 a la afición. Al club por cómo ha cumplido los protocolos a rajatabla. Está claro que es difícil. El COVID vino para quedarse. Todo el mundo tiene que adaptarse. Nosotros tenemos que adaptarnos con los árbitros y con el rival y ellos no son menos. Chapó por la actitud que han tenido».