Texto Marcos Yánez. Fotos Marcos Cabrera.
Tal vez lo había soñado algo alguna vez. Y tal vez en ese sueño me lo había imaginado de unas cuantas maneras. Pero nunca tan maravilloso como lo que en el día de ayer viví.
Atravesé volcanes, ríos, luché contra un clima muy frío característico de esta isla del hielo, luché contra mis fuerzas, todo por una sola causa: la leucemia y darle el mayor de mis sonrisas a la gente que ha luchado junto a mí. Mi padre desde el cielo, mi familia, mi novia, la Fundación Alejandro da Silva y muchos apoyos que quisieron confiar en mi, atraídos siempre por un acto de fé y valentía hacia este reto.
Hace unos meses atrás terminaba de diseñar un recorrido que ni yo mismo estaba seguro de él. Habían mil y una dudas, donde toda mi incertidumbre se basaba en sí todo “podía atravesarse”. Pero tal y como mi conciencia me iba diciendo, no había nada imposible. Y con esta premisa siempre basé mi propia confianza. Muchos me decían que era muy temerario, y a veces un acto de inconsciencia.
Unas 18 horas de reto contra todo tipo de inclemencias. Uno de los peores momentos lo pasé cuando ya dejaba atrás las montañas y entraba en carreteras de asfalto donde nunca percibía ni el horizonte de ellas. La mente no me iba bien, los anclajes positivos que tenía preparados para estos momentos, no me funcionaban. Junto a esto se unía un dolor fuerte de ampollas que sufría e iba cada vez a más. Mi novia Warkydea fue mi propia enfermera y sustento de mi motivación, siempre insistiendo que lo intentara, que apoyara los pies como pudiera, pero que nunca perdiera la visualización de la meta. Y así hice. Visualicé la catarata Seljalandsfoss para intentar aislar los dolores en los pies y las malas sensaciones que llevaba mi cuerpo.
Poco a poco fui recobrando mis energías, hasta que por fin me ví llegando a esa meta que tanto ansiaba. Aquella catarata “impronunciable” y a la vez majestuosa me esperaba con los brazos abiertos. Este momento se quedará en mi mente por mucho tiempo.
Agradecer especialmente a Pedro Cubiles (documentalista, reporterto de Tv Canaria y fundador de viajesnomadas.com), Marcos Cabrera (fotógrafo), Edgar Granados (operador de drone) que me hicieron en todo momento más fácil la consecución de este logro. Nunca perdieron la esperanza en mí. A mi hermana, por todo su apoyo desde lejos, a Rosa María (presidenta de la Fundación Alejandro Da Silva), Agencia de Viajes Island Tours, Cabildo de Gran Canaria, HPS Hospital Perpetuo Socorro, Ortopedia Mejorando, Revista Trail Run, Siquri, Grupo CRI y BvSport.
Y a todos los que no han parado desde lejos de preocuparse por saber de nosotros en todo momento. A todos/as ellos/as un millón de gracias porque sus ánimos también han sido mi fuerza en mi reto.